LANCHARES
4 generaciones cuidando de tu salud bucodental
¡La saga de dentistas Lanchares ya va por la cuarta generación! Seguro que Victoriano Lanchares, cuando hace más de cien años atendía a sus pacientes en aquel sillón de Barbero, no se podía imaginar que su bisnieto, Jon, compartiría su misma vocación por la salud bucodental, al igual que su hijo y su nieto, Juan Lanchares.
En esta ocasión vamos a conocer a otro miembro de la familia Lanchares, su hijo Jon ¿Habrá heredado la simpatía y el carácter cercano que nos demostró en su día su padre Juan? ¡Con creces! No hay duda de que el apellido Lanchares está en su ADN.
Es una profesión que necesita mucha dedicación, pero siempre tuve claro que quería seguir sus pasos.
Hola Jon. Tu bisabuelo, tu abuelo, tu padre y ahora tú… Ya sois cuatro generaciones las que formáis la saga de dentistas Lanchares, ¿Nunca te planteaste dedicarte a otra profesión?
La verdad es que no, y eso que mi padre me dijo que meditara mi decisión, que debía estar seguro ya que es una profesión que necesita mucha dedicación, pero siempre tuve claro que quería seguir sus pasos.
Volviendo a hablar de vuestra familia, tengo una curiosidad… ¿Conociste a tu abuelo?
Sí le conocí, recuerdo a mi abuelo Juan como una persona seria pero muy cariñosa. En mi familia lo llamábamos cariñosamente «Pipo» y mi padre se alegra mucho cuando viene un paciente con un empaste hecho por mi abuelo. Seguro que cuando a mí me pase lo mismo, también me hará mucha ilusión.
Como padre, Juan, estarás orgulloso…
La verdad es que me hace muchísima ilusión tener a Jon en la clínica y poder compartir con él el día a día. Comentamos los casos de nuestros pacientes, aprendemos mucho uno del otro… Debo decirte que no sé quién enseña más a quién ¡Me ha sorprendido ver lo bien preparados que vienen de la universidad!
¿Ya desde pequeño tu hijo apuntaba maneras?
Ya desde pequeño ha sido un chico muy maduro para su edad. Recuerdo una vez que vino todo contento a casa porque a un compañero de su clase se le había soltado un bracket y se lo había puesto bien. La verdad es que nos ha dado muchas satisfacciones.
Antes de hacer la carrera de odontología, Jon, estudiaste en la escuela Blume junto a otros deportistas de alto nivel y, de hecho, has sido campeón de Europa de Golf.
Así es, fue una época muy bonita que me dio muchas satisfacciones. No fue fácil poder compaginar los estudios y conseguir este reto a nivel deportivo, pero creo que mi carácter me ayudó.Seguramente esa disciplina que marca tu carácter te ha llevado también a convertirte en un buen profesional de la odontología… ¿Qué otra cualidad consideras importante?
Ante todo, la paciencia y ponerte en el lugar del paciente. Es fundamental saber gestionar los nervios, crear un clima de tranquilidad y confianza. Estar a la última en cuanto a formación es muy importante, por supuesto, pero los pacientes agradecen mucho que el dentista muestre su lado más humano cuando se enfrentan a una situación que no les resulta nada agradable, como es ir al dentista.
Aunque estudiaste la carrera de odontología en Bilbao, habrás tenido una gran escuela aprendiendo con tu padre…
La verdad es que es una suerte poder compartir profesión con él. El último año de carrera era todo práctico, la universidad de Bilbao tenía una clínica dental donde teníamos pacientes reales y ahí aprendí muchísimo, pero en vacaciones siempre venía a la clínica para poder seguir formándome.
¿Qué especialidad es la que más te gusta, Jon?
Aún no lo tengo claro, Me gusta la periodoncia, la cirugía, el campo de los implantes… En un tiempo haré un máster de especialidad, pero antes quiero seguir aprendiendo en diferentes áreas.
Tenemos pacientes que llevan viniendo desde niños, y les hace ilusión saber que la saga continúa.
¿A qué te refieres?
En la universidad nos enseñan que lo más importante en el campo bucodental es la salud, seguido de su aspecto funcional y por último está su importancia a nivel estético, pero los pacientes muchas veces acuden con el orden invertido y lo que más les importa es tener una boca bonita al margen de que tenga una correcta función o sea realmente saludable.
Hablando de estética, Juan, la ortodoncia ha tomado un papel importante en estos últimos años. Vosotros contáis en el equipo con una gran especialista en este campo, ¿no?
Así es, la doctora Jessica Chueco es experta en Ortodoncia y cuenta con una gran trayectoria en su campo. Estamos muy contentos de poder ofrecer a nuestros pacientes toda su experiencia además del trato tan humano que la caracteriza. La ortodoncia es un campo en el que se ha abusado del marketing, prometiendo grandes resultados a costes realmente dudosos, y hay que saber muy bien en manos de quién te pones..
En tu opinión, Jon, ¿cuál consideras el campo de la odontología más complicado?
Te diría que la endodoncia. Exige muchísima precisión, ya que acceder al nervio por la cavidad interna del diente, que es tan pequeña, no es nada fácil. Esta técnica ha cambiado mucho, y ahora se hace con tecnología mecanizada. Te diré que es un campo que a mi padre se le da de maravilla. Me parece increíble ver cómo lo sigue haciendo ayudado tan solo por sus manos y por su destreza. La verdad es que tengo a un gran maestro y no puedo estar más agradecido.
Nos alegramos mucho de saber que la generación Lanchares continua. Ha sido un placer conocerte, Jon.
Desde que tu padre hizo la carrera, seguro que el campo de la odontología ha cambiado muchísimo… ¿Qué es lo que más ha evolucionado en tu opinión?
Sobre todo, la tecnología relativa al diagnóstico de imagen: tecnología 3D, escáneres intraorales… Pero todas las aéreas evolucionan de forma continuada y requieren de mucha formación para estar a la última.
En tu caso, Juan, llevar tanto tiempo siendo un referente en la profesión de la odontología no debe ser nada fácil… ¿Qué crees que valoran sobre todo vuestros pacientes?
Siempre hemos abogado por defender una odontología conservadora, mirando en todo momento por lo más conveniente para el paciente y dando mucha importancia al trato muy humano y personal. Es un sector que se está despersonalizando mucho, donde aparecen nuevas franquicias que cambian constantemente de personal, y creo que muchas personas prefieren ponerse en manos de su dentista de siempre.
Seguro que esos lazos de confianza que se mantienen durante tantos años se transforman en muchos casos en amistad, ¿no Juan?
Así es, y es algo muy satisfactorio. Tenemos pacientes que llevan viniendo desde niños, y les hace ilusión saber que la saga continúa.
Me imagino, Jon, que las nuevas generaciones, al estar cada vez más concienciadas con la importancia de la salud bucodental, han ayudado a hacer posible esa odontología conservadora de la que nos habla tu padre.
Sin duda. Por lo general, las personas de mi generación se cepillan más los dientes, fuman menos, y dan más importancia a la salud bucodental. Pero también te diré que muchas veces, sus prioridades están cambiadas…